Una directora de película: Belén Anguas
Esta directora, dramaturga y guionista nacida en Pilas (Sevilla), destaca por su prolífica carrera en teatro, cine y televisión.
Tras mudarse a Madrid en 1993, se formó en interpretación, dirección y dramaturgia, fundando en 2001 la asociación cultural Tilo S-tilo para fomentar el acceso a las artes escénicas. Ha escrito y dirigido obras como Bailando con locos y El callejón de los gatos, además de cortometrajes como Te quiero, premiado por la SGAE. Fue directora de cine de Lina Morgan en El secreto de la abuela y rodó Política Correcta con destacados actores. Fundadora de festivales de cine como Pilas en Corto, ha recibido numerosos premios, incluida la Medalla Lumier y la Estrella de Oro a la excelencia profesional. Académica de las artes cinematográficas y embajadora de paz, combina su pasión artística con causas sociales, organizando galas benéficas y promoviendo la igualdad y la educación en valores.
¿Qué motivó tu traslado a Madrid en 1993 y cómo influyó en el desarrollo de tu carrera artística?
Mi traslado a Madrid marcó un antes y un después en mi vida. Dejar mi pueblo natal y llegar a la capital fue una revolución personal y profesional. Desde pequeña sentí una inclinación hacia la escritura, ganando mi primer premio literario con solo ocho años. Madrid me brindó el entorno perfecto para desarrollar mi vocación artística y emprender nuevos proyectos que antes solo eran sueños.
La capital no solo me abrió las puertas a una formación más completa en interpretación, dramaturgia y dirección, sino que también me dio la oportunidad de impactar en la comunidad artística. Fundé la asociación cultural Tilo S-tilo con el objetivo de acercar el arte a personas menos favorecidas. A través de esta iniciativa, realicé más de una docena de montajes teatrales en Madrid, incluyendo obras propias como ¿La familia?... Bien, gracias, La Piedra Mágica y Acampada en la noche de las brujas, junto a clásicos como Melocotón en Almíbar de Miguel Mihura. Este traslado no solo transformó mi vida, sino también mi capacidad para contribuir al mundo artístico.
Venir de un pueblo y lograr hacerse un lugar en Madrid no es tarea sencilla. ¿Qué claves consideras fundamentales para destacar en un entorno tan competitivo?
La ilusión y las ganas de dedicarme a las artes escénicas siempre han sido lo que más me ha movido. Pero, sin duda, encontrarme con personas que confiaron en mí fue igual de importante para abrirme camino. Cuando llegué a Madrid, tuve la suerte de encajar rápido en el mundo teatral, y eso marcó el comienzo de una etapa llena de oportunidades. Entre todas esas personas, conocer a Agustín Trialasos fue un antes y un después. Para mí, es como un padre profesional, un mentor que influyó muchísimo en mi trayectoria.
Agustín me abrió las puertas de "La Peña periodista Media Plana", donde creo que soy de las mujeres con más tiempo participando, y me inspiró con su forma de trabajar y su generosidad. Siempre apoyó mis ideas y me dio la confianza para seguir adelante. Gracias a él, no solo aprendí herramientas clave, sino también el valor de creer en los demás y de trabajar con pasión. Su apoyo dejó una huella enorme en mi vida, tanto profesional como personalmente.
¿Qué crees que necesita el cine español para alcanzar éxito y conectar de manera más profunda la audiencia?
Al cine español le falta una industria más sólida y una visión comercial más definida, similar a la del cine estadounidense, que sabe conectar con las masas sin perder calidad. Es importante crear historias que realmente resuenen con el público, que sean cercanas y atractivas, y no limitarse a enfoques excesivamente introspectivos o nichos. Aunque las películas de autor son valiosas, deberían equilibrarse con producciones más accesibles que logren atraer a un público amplio, incentivando así la asistencia a salas de cine y el consumo general del cine español. También considero esencial mejorar la promoción y distribución de nuestras películas, para que puedan competir en mercados internacionales y no quedarse relegadas al ámbito local. En resumen, necesitamos un enfoque que combine creatividad, calidad y atractivo comercial, permitiendo que nuestras historias lleguen más lejos y cautiven tanto a espectadores nacionales como internacionales.
¿En que ámbito te sientes más cómoda, detrás de la cámara o enfrente de un escenario?
Me siento bien en cualquier lugar donde pueda aprender y aportar algo. Aunque dirigir es una de mis grandes pasiones, he disfrutado muchísimo de otros proyectos que me han hecho sentir viva, como organizar “La Cumbre del Cine Ambiental” en la Riviera Maya durante la COP16. Fue una experiencia increíble, o las ocho ediciones de “El Festival de Cine de Valle de Bravo” también en México y que no descarto retomar algún día. También me encanta estar involucrada en la Academia del Cine y colaborar en cosas como los “Premios Naranja y Limón”. Para mí, lo importante es estar en movimiento, activa, y rodeada de este mundo que tanto me apasiona. Ya sea detrás de la cámara, sobre el escenario o gestionando proyectos culturales, cada experiencia me hace crecer y me llena por completo. Al final, lo que más disfruto es seguir aprendiendo y dejar mi granito de arena en todo lo que hago.
A lo largo de tu trayectoria, has recibido premios como la Medalla Lumier y la Estrella de Oro. ¿Qué significado tienen para ti estos reconocimientos y cómo te impulsan a seguir creando?
Recibir premios siempre es un orgullo, claro que sí, pero lo que realmente me importa es que mis trabajos conecten con la gente. Siempre intento que mis proyectos tengan un mensaje social, pero sin perder el sentido del humor. Por ejemplo, mi último corto, Trabajo a tiempo parcial, que ha recibido varios premios, aborda el tema del edadismo. Lo interesante es que lo hace desde un enfoque divertido, con Charo Reina, Adrián López y Vanessa García Marx dándole vida a los personajes. Es una manera de crear conciencia sin abrumar al espectador.
Los premios son un empujón bonito, te dan visibilidad y te recuerdan que vas por buen camino, pero son algo pasajero. Al final, lo que queda son las historias y el impacto que generan en quienes las ven. Eso es lo que me motiva a seguir creando y buscando nuevas formas de llegar al público.
¿Cuál es el proyecto que sueñas con realizar y que aún tienes pendiente?
El proyecto que sueño con realizar no es completamente nuevo, sino una reinvención de algo muy especial para mí: Bailando con locos. Esta obra de teatro, estrenada hace más de una década, está profundamente inspirada en la gran Lina Morgan, quien fue no solo un referente en mi infancia, sino también una figura que marcó mi carrera profesional y personal. Su colaboración en esta obra fue un honor inmenso, y siento que es el momento ideal para rendirle un homenaje a la altura de su legado. Con una adaptación renovada de la obra muy enfocada en su figura, llevarla nuevamente a los teatros de toda España como un tributo por el décimo aniversario de su partida. Más que un proyecto artístico, sería un acto de gratitud y celebración hacia una mujer que no solo conquistó los escenarios, sino también los corazones de todos los que tuvimos el privilegio de conocerla.

Tengo que reconoceros que esta entrevista estaba más que planificada, porque con Belén me une una amistad sólida que va mucho más allá de lo profesional. Pero tengo que confesar también, que sentarnos a charlar en un ambiente relajado y profundizar de esta manera en su trayectoria laboral ha sido una experiencia que va más allá del gran cariño que nos tenemos. Si ya la admiraba, ahora esa admiración es todavía más fuerte. ¡Es una auténtica crack!